Al frente del restaurante Cinc Sentits, ubicado en Barcelona,
La familia de Jordi Artal tiene sus orígenes en la Torre del Español, un pequeño pueblo situado en la comarca de la Ribera del Ebro. En este pequeño municipio la familia se dedicaba a elaborar aceite y vino. Las mujeres de la familia decidieron marchar, primero la abuela Sofía que se desplazó a Barcelona y luego la madre de Jordi, que aprendió idiomas para marchar, primero en Bélgica, después en Alemania y finalmente a Canada donde crió a sus hijos.
Jordi Artal nació en Toronto donde pasó su infancia y juventud. Con veinte años inició su trayectoria profesional, salió de Toronto y se plantó en California, en Silicon Valley, donde se estuvo una buena temporada. Hasta que estalló la burbuja de las empresas tecnológicas. Durante diez años fue Director de Marketing de una de estas empresas. La crisis de las punto.com lo dejó quemado y decidió desplazarse a Cataluña después de que su hermana también realizara este paso.
Se tomó un año sabático y durante este periodo se gestó una nueva etapa profesional. A Jordi Artal le gustaba cocinar, le gustaba la buena comida y el buen beber, se puede afirmar que era lo que ahora se llama un foodie. Decidió convertir su afición en su profesión y, junto con su hermana, abrió un restaurante humilde y de barrio. Una decisión valiente y un punto atrevida porque, aunque sabía cocinar, nunca había estado en una cocina profesional. Sin embargo, el mes de mayo de 2004 abrió el Cinc Sentits en la calle Aribau de Barcelona.
La arriesgada apuesta le salió bien, muy bien. En su fase inicial el restaurante no tenía un estilo de cocina definido, realizaba cocina de fusión con toques asiáticos. En poco tiempo el estilo se fue definiendo, y comenzó a elaborar una cocina relacionada con sus raíces, una cocina que lo relacionaba con sus referentes familiares, con productos de temporada, de mercado, apoyando a los pequeños productores, una forma de hacer que ya no ha abandonado.
Salió de la nada pero tenía habilidad, talento y actitud y en poco tiempo un comedor de barrio se convirtió en un restaurante de éxito donde servían un menú degustación, cuando eran pocos los lugares que incorporaban este tipo de propuesta. En un plazo corto de tiempo pasó de la aventura de abrir un restaurante para ganarse la vida haciendo lo que le gustaba, a ser considerado un restaurante revelación. En sólo cuatro años desde la inauguración del restaurante la guía Michelin le concedió una estrella en la gala del año 2008.
Transcurridos 14 años desde la apertura del Cinc Sentits, Jordi Artal toma una nueva decisión muy importante. Con una elevada inversión económica decide cambiar de local e instalar el negocio en su ubicación actual, en la calle Entença. La mudanza repercutió en el reconocimiento de la guía Michelin. Pierde la estrella en 2018 y, en un año, la vuelve a recuperar. El esfuerzo realizado, pensado para obtener reconocimientos, obtiene recompensa. En el año 2020, uno de los años más complicados para la restauración como consecuencia de la crisis provocada por la pandemia, obtuvo la segunda estrella Michelin.
El nuevo local tiene unos 400 metros cuadrados. Dispone de tres salas con una capacidad para unos cuarenta comensales. En el nuevo restaurante han ganado en comodidad, en un local sobrio y elegante. Se distribuye en un comedor principal, una sala privada donde se encuentra la mesa del chef con vistas a la cocina, y un salón para grupos más grandes equipado con un cocina propia preparada para hacer showcooking. Este último comedor pretende albergar, en un futuro cercano, el Sentit Comú, una propuesta más informal y económica.
Al atravesar la puerta del restaurante, en una pequeña sala gris hermética, te da la bienvenida un camarero vestido de manera impecable. Hace una pequeña explicación, pide los abrigos y, cuando uno está preparado, le invita a entrar en la siguiente sala, el Faifo. Se trata de un recibidor rústico que está inspirado en el paisaje y los campos de olivos y viñedos de la Torre del Español. Este espacio está pensado para tomar los aperitivos pero que para poder cumplir las normas Covid ahora no se realizan en este espacio y se hacen directamente en la mesa.
La sala comedor es austera, diáfana y amplía con una decoración inspirada en el Eixample de Barcelona, con techos de bóveda catalana, y un espacio en el centro que representa un patio interior. Sólo hay nueve mesas con un amplio espacio entre ellas, una acústica perfecta y una muy buena iluminación. Un comedor que te permite vivir la experiencia de comer en el Cinc Sentits con comodidad, relajación e intimidad.
La propuesta actual del restaurante es de un único menú degustación de once pasos que cuesta 129 euros con una opción de maridaje muy recomendable de 69 euros. Se trata de una experiencia que durará casi tres horas pero que no se hace larga. Desde que entras en el restaurante hasta que sales puedes apreciar que todo está meditado para satisfacer al cliente más difícil. El espacio, el trato, el ambiente, los detalles, pero sobre todo, la comida están pensados para seducir y aprecia que Jordi Artal le ha puesto trabajo, pasión y pensamiento.
El menú sigue de manera estricta la ideología gastronómica que el cocinero ha cultivado durante su trayectoria de chef. No hay fusiones, no encontrarás carne de Kobe, ni productos de otros lugares, el menú giró alrededor de la cocina catalana evolucionada, realizada con productos de calidad que proveen productores de proximidad. El chef pone el talento, la técnica y la imaginación en actualizar la cocina catalana, se centra en los sabores más que en la técnica o en la estética de los platos. Busca contrastes interesantes de texturas y de sabores pero con una cierta contención.
Jordi te quiere proporcionar lo que él llama «un show», una experiencia gastronómica total. Una velada donde, aparte de la comida, todo es importante, el ambiente, el local, el servicio, la vajilla, el manto, no hay ningún detalle improvisado. El servicio es de la antigua escuela. Un estilo de servicio que definió la hermana de Jordi y que siguen manteniendo a pesar de que ella regresó a California en el año 2013. En definitiva, el Cinc Sentits ofrece una vivencia gastronómica que pretende gustar a un amplio abanico de clientela y que ha seducido al Sr Michelin.
Destacar la función del Eric Vicente, el sumiller y jefe de la Sala, del restaurante. Se incorporó a la plantilla ya hace 12 años en el restaurante. Es francés, nacido en las afueras de París y llega al mundo de la restauración a los 17 años de manera casual sin tener ninguna vocación. En 2001 se traslada a Barcelona,
Es un restaurante que es necesario descubrir, por muchas razones, pero apuntaré tres. La primera es la reivindicación que realiza, sin fisuras, de la cocina catalana que, además, proviene de un cocinero criado fuera de Cataluña, que incluso conserva el acento inglés. La segunda es para descubrir hasta dónde puede llegar en este mundo un chef sin formación, que ha aprendido de manera autodidacta y que descubrió su vocación muy tarde. La tercera es que el chef no se prodiga en las redes, no es un cocinero mediático, no comparte actos con los compañeros de cazuelas, trabaja con pasión pero con humildad y siempre está en su cocina. Y, evidentemente, porque comerás muy bien.